Érase una vez un niño que estaba paseando por la ciudad...
Tirada en medio de la acera se encontró una bici. El nombre de la bici era Flashing.
La llevó a una tienda de bicicletas y le dijo:
-Esta bici es la más rápida del mundo. Alcanza los 1.000 kilómetros por hora. El niño se quedó alucinado y quiso probarla.
Había dos pedales en el que ponía más o menos y quiso competir en carreras.
El niño compró las piezas de un coche para disimular pero esas bicis estaban prohibidas en el país.
En vez de quitar el coche entero solo quitó el motor, el contador de kilómetros y los pedales.
Así ganaría, y así fue.
Al final ganó 29 carreras más. El hombre tuvo muchísimo éxito, pero se hizo mayor y ya no podía conducirla.
Así que se la dio a su hijo, y así fue de familia en familia, y la bici fue una leyenda.
FIN
