Érase una vez una chimenea que por más leña que le echarás nunca daba calor. Solo quemaba leña y más leña.
Un día los dueños decidieron echarle un filete de carne. Pero la carne no se cocinaba.
Pasaban las horas y las horas pero la carne no se hacía.
¡Era algo muy extraño!
Y los dueños seguían intentándolo.
Pasaron los días, las semanas, hasta los años y los dueños no perdieron la esperanza.
Tres años después la chimenea se encendió y los dueños fueron muy felices.
FIN